Dios, en su infinita bondad, nos brinda numerosas bendiciones como regalos para sus hijos. Estos dones divinos son un testimonio de su amor y cuidado. Sin embargo, a menudo nos encontramos ante la pregunta crucial: ¿Cómo respondemos a estos regalos? Este texto nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud hacia las bendiciones que Dios nos otorga.
I. La Rebeldía y la Ingratitud: A pesar de nuestra predilección por recibir regalos, la vida a menudo refleja una marcada rebeldía y desobediencia a Dios. La parábola del hijo pródigo, narrada por Jesús, ilustra la ingratitud de aquel que olvida los esfuerzos y sacrificios de su padre. Similarmente, en nuestra relación con Dios, tendemos a olvidar las obras benevolentes, la prioridad divina en nuestras vidas y el milagro de la salvación.
II. Rechazar los Regalos Divinos: La ingratitud se manifiesta cuando desobedecemos, descuidamos la oración, nos alejamos de la comunión y no perdonamos. Estos actos revelan una actitud de rechazo hacia los regalos divinos. ¿Cómo podríamos esperar recibir más de Dios si no valoramos y obedecemos lo que ya nos ha dado?
III. El Principio del Buen Vivir: Mientras la sociedad busca el «buen vivir» en términos materiales, nosotros, como hijos de Dios, debemos reconocer el principio divino del buen vivir, según Deuteronomio 30:9. Este principio se basa en la obediencia, y el texto nos recuerda que el buen vivir comienza cuando obedecemos los mandamientos de Dios.
IV. Humillación y Rendición: La historia del hijo pródigo destaca el momento crucial de humillación y rendición. Reconocer nuestras limitaciones y rendirnos ante Dios son pasos esenciales para recibir sus bendiciones. La actitud de rendimiento nos abre las puertas a la bendición, superando obstáculos emocionales y permitiendo que fluya la gracia divina.
Conclusión: No rechacemos las bendiciones divinas. Aprendamos a valorar los regalos que Dios nos brinda con gratitud y obediencia. La humildad y la rendición son claves para experimentar la plenitud de las bendiciones de Dios en nuestra vida diaria.