Lamentablemente la ayuda humanitaria ha disminuido, ya no se observan las caravanas de ayuda, sin embargo como iglesia nuestra tarea continua más sintiendo en nuestras venas el desafío divino. Nuestra meta formar y apoyar a una iglesia naciente.
En esta oportunidad llevamos el evangelio, se compartió en los grupos familiares de estudio y con los niños se comenzó un proyecto de evangelismo basado en el proyecto de Samaritan Purpurse “La gran aventura”.
En esta oportunidad cuatro personas decidieron entregar su vida a Cristo. Nos impresiono que al llegar al albergue habían pocas personas, pues algunos ya se habían regresado a su hogares reconstruyendo o simplemente para salvaguardar lo poco que les queda, sin embargo un vez más el lugar se llenó de personas ávidas de escuchar la palabra de Dios.
Nos llenó de alegría una palabra dicha por los mimos moradores de Jaramijo “Necesitamos una iglesia”. Solo alcanzamos a pensar Señor hay mucho trabajo por hacer.